martes, 7 de junio de 2011

Historia de San Bernabé

San Bernabé (El asedio de 1521)






Los orígenes de la invasión francesa de 1521 hay que buscarlos en el descontento de la población navarra por su incorporación a la corona de Castilla, situación que no gusta tampoco a la corona francesa, disgusto que va en aumento con la llegada al trono de Carlos I.
La Revuelta Comunera en Castilla propicia una acción militar francesa para, una vez debilitado el poder real por la guerra civil, incrementar su influencia y apoyar nuevamente la independencia del reino de Navarra.

Así, en 1521, André de Foix, señor de Asparrot y conde de Foix, al mando del ejército francés ocupa sin problema Navarra, partidaria de sus intereses. Tan solo la guarnición castellana de Pamplona se resiste levemente a su marcha.

Mientras tanto, Logroño recibe los soldados huidos de Navarra además de su propia guarnición. El 21 de mayo en concejo abierto, la ciudad decide resistir el ataque francés, que ya había ocupado Viana, pues contaba con la simpatía y el apoyo de la población navarra. El 25 de mayo se avistan ya los franceses que ocupan sin grandes problemas los conventos de San Francisco y Madre de Dios, situados extramuros.

La Junta Municipal de Defensa decide rechazar la propuesta francesa de rendición, por lo que estos empezaron el ataque intentando tomar el puente que, bien fortificado, rechazó el asalto. Tras este primer fracaso los franceses cruzaron el río por Varea, - al este de la ciudad -, desarrollando pequeños ataques intimidatorios. El 31 de mayo se ordena el asalto a la ciudad, pero culminan en un verdadero ataque la noche del 4 al 5 de junio que debilita de forma importante al ejército galo. El 10 de junio se procede a inundar el campamento francés mediante una astuta argucia en el control de las acequias de riego, cortando y desviando los canales de riego hacia el lugar del asentamiento francés. El 11 de junio comienza la retirada de los sitiadores ante la inminente llegada de refuerzos castellanos.

En 1523 se concede a la ciudad la incorporación a su escudo de tres flores de lis, - emblema de la monarquía y del ejercito franceses -, como muestra de su valor y lealtad a Carlos I durante el cerco.

Estos acontecimientos se rememoran anualmente en la festividad de San Bernabé (11 de junio) que, a través de una serie de rituales, siguen manteniendo vivo en la memoria un acontecimiento que se sitúa entre el mito y la realidad: como la particular procesión en la que el alcalde voltea la bandera en los lugares donde se encontraban las puertas de la ciudad, las salvas de los cañones o el reparto del pan, el vino y el pez en esta misma puerta del Revellín, construida en el siglo XVI para conmemorar la victoria. La tradición sostiene que el vino guardado en las bodegas, el pan elaborado con el trigo de los graneros y los peces, que furtivamente se pescaban en el río a través de corredores subterráneos que horadaban la muralla, fueron los alimentos que permitieron la subsistencia de los logroñeses. Así, el vino es, a la vez, sostén y símbolo de defensa de la ciudad.

Arco de San Bernabé:

El Ayuntamiento de Logroño decidió su colocación en 1767, año a partir del cual los logroñeses discurren cada once de junio bajo su verdusco andamiaje. Cargado de mito y tradición, muchos ciudadanos continúan lanzando deseos al aire, en voz alta o en silencio, cuando cruzan esta peculiar puerta. El pendón de Logroño o bandera de la ciudad posee origen incierto. Su signo definitorio es una cruz en forma de aspa que simboliza el sacrificio de San Andrés. La cruz, reconocida oficialmente en el siglo XVIII, se puede encontrar en diversos blasones de la capital riojana. Este símbolo fue colocado con motivo de la ayuda prestada por la ciudad de Logroño en la toma de Baeza en 1227, siendo una concesión de Fernando II El Santo. El pendón o bandera de la capital riojana aparece al inicio de las celebraciones patronales, protagonizando el acto de apertura de las fiestas bernabeas. El alcalde de Logroño, como muestra de posesión y dominio, ondea la bandera en tres significativos emplazamientos de la ciudad: bajo el Arco de San Bernabé, arco triunfal que ocupa el lugar de la antigua 'Puerta de la Erbentia'; frente al Hospital General, como recuerdo de la desaparecida 'Puerta de San Francisco' y en la 'Puerta del Camino'.







Fuente: Logroñoturismo.

No hay comentarios: